A modo de presentación
La economía ha visto como se ha ido reforzando el carácter lúgubre que le atribuía Carlyle allá por 1849.
Este carácter sombrío deriva fundamentalmente de que la mayor parte de la población es incapaz de entender cómo afecta a su bienestar el conjunto de noticias que pueblan las secciones económicas de los grandes medios de comunicación de masas.
Esta tendencia a propagar la ignorancia en lo relacionado con las grandes cuestiones económicas no es inocente y se sustenta sobre el servicio que, tanto medios de comunicación como economistas convencionales, prestan a los intereses de los grupos de poder que gobiernan este planeta.
Así, por un lado, los medios contribuyen poco a promover la reflexión porque ofrecen noticias basadas casi exclusivamente en la acumulación de datos estadísticos huérfanos de análisis y explicaciones. De esta forma, se favorece el desinterés de una ciudadanía que, preocupada por la supervivencia diaria, no consigue procesar toda esa información ni puede utilizarla para comprender las reglas y dinámicas que gobiernan el espacio que condiciona de forma decisiva su bienestar.
Y, por otro lado, en su intento por llegar a ser profundos, los economistas convencionales se han vuelto oscuros y, desde ese lado sombrío, se dedican a producir y reproducir argumentos que, envueltos en un presunto halo de verdad científica objetiva y proclamando su distancia de lo político, sirven a esos poderes difusos que controlan los hilos del mundo.
Frente a este desolador panorama, este blog nace con la intención de ofrecer una perspectiva diferente de la economía. Una perspectiva que se distancia de esos servilismos que impone el poder, siempre generoso en sus prebendas con quienes trabajan para legitimarlo, y se compromete con las necesidades de aquéllos que carecen hasta de lo más básico.
Una perspectiva que pretende ser radicalmente diferente porque tratará de ofrecer luz en lugar de ocultar. Y, aunque sea de forma leve y en la modesta medida de mis posibilidades, intentará iluminar las zonas que otros interesadamente velan y oscurecen.
La razón para tal fin no es otra que el convencimiento de que, cuanto más iluminada se encuentre la economía, más fácil será para los ciudadanos resistirse a los hechos y lógicas que favorecen la profundización en este estado de malestar colectivo. Además, esa mayor claridad facilitará que puedan atribuir apropiadamente las responsabilidades de cada acción o dejación, que cuenten con las armas necesarias para demandar cambios radicales en las políticas que repercuten de forma decisiva sobre su bienestar y, por qué no, que se sientan capaces de trascender las dinámicas perversas que dominan el devenir actual del mundo.
Es por ello que, además, la perspectiva con la que enfoco este blog no renuncia a su dimensión política porque parte de la consideración de que ambas están intrínsecamente relacionadas y no pueden entenderse una sin la otra. La inclusión de elementos políticos en el análisis económico no lo contamina, no lo vuelve impuro o acientífico -como defienden algunos- sino que lo enriquece y, por eso, deben estar siempre presentes. De ella, por lo tanto, no reniego.
Estas son mis intenciones iniciales, a partir de ahora les corresponderá a ustedes juzgar el esfuerzo y los resultados. Además, todos aquellos que se animen encontrarán mis manos tendidas para colaborar juntos en esta ímproba tarea.
En cualquier caso, sean todos bienvenidos.
Área de discusión - Envía un comentario