La otra economía » El rojo y el negro (texto de Javier Ortiz)

El rojo y el negro (texto de Javier Ortiz)

Tal vez no esté bien ir rellenando este cuaderno con los textos que escriben otros aunque la verdad es que siempre que he leído algo que me ha gustado, lo he subrayado y posteriormente anotado en algún cuaderno, así que no sé por qué razón debería dejar de hacerlo ahora y para este formato.

Total, que no me resisto a transcribir aquí la columna que publicó ayer Javier Ortiz en Público y que me pareció que era para quitarse el sombrero, máxime en estos tiempos en el que de tanto talante se acaba por perder el norte o, como me decía el amigo Carlos Tena en alguna ocasión en relación precisamente con el PSOE, de tanto abandonar principios han llegado al final.

A ver qué os parece.

“La conclusión a la que llegué ayer tras oír el discurso en el que Rodríguez Zapatero expuso sus propósitos presidenciales es que él tiene la certeza de que su gobierno va a conducir a España por la senda de la perfección pero que, por las razones que sea, o no puede o no quiere revelarnos cómo lo va a hacer. Ni con qué programa, ni con qué aliados, ni haciendo qué, cuándo y cómo. 

Examinada en su literalidad, la exhibición de intenciones que hizo ante el Congreso de los Diputados no puede ser tildada de nada: ni de derechas ni de izquierdas, ni de frente ni de revés. ¿Cómo puede nadie negarse a que lo conviertan en próspero, en solidario, en sano, en educado, en informatizado, en europeo, en ecológico, en respetuoso de todo lo respetable, en no víctima de accidente, en igualitarista, en perfeccionador de la Justicia, en superpotencia mundial? Sólo un tonto del bote podría rechazar esa perspectiva. 

Mi problema es que no me lo creo. Porque la vida es como la ruleta: no pueden salir a la vez el rojo y el negro. 

No es posible defender la educación igualitaria y respetar sin rechistar los privilegios de la Iglesia Católica. 

No cabe ayudar a que se impongan implacables los intereses de la Banca y pretender que se respalda a quienes soportan hipotecas cuyo principal no empiezan a amortizar hasta el décimo año de sangría, y eso con suerte.

Es una burla pensar que cabe ayudar a los miserables del Tercer Mundo cuando uno respalda las opciones del FMI y, ya de paso, a los gobiernos corruptos del Tercer Mundo. 

Es de coña decir que se defiende la ecología y andar comprando derechos de contaminación a los estados deficitarios. 

Es infame pretenderse adalid de la paz universal y ser uno de los principales vendedores de armas en el mercado mundial de armas, negro o blanco.

Los socialistas de viejo cuño (si Zapatero conoce a alguno puede preguntárselo y le confirmará que no miento) solían hablar de una cosa a la que llamaban “lucha de clases”. Su lógica era la lógica: los explotados contra los explotadores; la gente oprimida contra la gente opresora. 

Quienes fingen que defienden a todos, sin distinción, defienden a los que ya están instalados”.

¡Ahí queda eso! (esto último es mío).

3 comentarios a “El rojo y el negro (texto de Javier Ortiz)”

  1. Los “socialistas” de nuevo cuño son así, ambiguos, mediocres, farsantes en muchos casos, su honestidad política es tan dudosa que en la práctica deviene en nula, cuando hablan no dicen nada interesante y aún menos para los que dicen que son sus votantes “naturales”. Su decantación hasta posturas ultraliberales es abominablemente escandalosa. Porque.. ¿ hay alguna diferencia sustancial entre los dos grandes partidos que ya se llevan la mayoría de los votos de este país? Esos dos partidos se parecen tanto, que sus diferencias las establece el marqueting, el cual , les aconseja hasta el tipo de sonrisa, el color de la corbata, la frase-slogan en campaña electoral, si la cámara debe de estar a la derecha o la izuierda en los debates televisados y..¡hasta la altura del asiento en dichos debates !..enfin… Se reparten los papeles como en una obra de teatro, que en el caso español es muy aburrida y pestilente. Es una pena y un desastre para la gente honesta de izquierdas que alguien que se dice representante de los trabajadores no tenga un mínimo de conciencia de clase, que ni por asomo hable de revolución, ni siquiera de socialismo o derechos sociales y lo que es más grave, que nunca utilizen la palabra, Justicia .

  2. Lo que realmente me preocupa no es que los ciudadanos nos creamos como autómatas este tipo de discursos plagados de lugares comunes. Lo peor en mi opinión es que hayamos llegado a un punto en el que o bien nos da lo mismo o bien decidimos creerlos porque es simplemente más cómodo.

    PD Gracias a páginas como la tuya y la de Torres López vuelve a interesarme la economía. Ah, ansío leer tu respuesta a Heinz Dietrich. Un saludo

  3. Y entonces si no hay talante que optas por la imposición, no es mejor tener principios claros e intentar llegar a acuerdo, en fin yo creo que el PSOE no lo esta nada mal para la oposicion que ha tenido en 4 años que no veas si ha repartido estopa y si nos vamos a IU mejor nos callamos, porque de ideas mu bonicas ellas pero de práctica… 0 y si nos vamos a lo interno mejor nuevamente nos callamos así que no vamos a castigar tanto a una persona que lo que intenta es acordar y dialogar con todos con unos principios y base clara vale?

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Alberto Montero