Los costes laborales y la neutralidad del lenguaje
Para que luego digan que el lenguaje es neutral y que los medios de comunicación no están contribuyendo a la progresiva interiorización de un determinado discurso económico de signo marcadamente conservador entre la población.
Así, según destaca El País en titulares, “cada trabajador cuesta a las empresas 2.307 euros al mes”.
Como si el trabajador no aportara su trabajo al proceso productivo y tuviera derecho a una remuneración justa a cambio del mismo. Como si el trabajador no debiera percibir una parte del producto total que contribuye a producir. Como si la remuneración del trabajo sólo fuera un coste para la empresa y no, también, la principal fuente de renta para la mayor parte de la población que no tiene otro recurso para subvenir sus necesidades que ofertar su trabajo. Como si, a pesar de ello, las grandes empresas españolas no hubieran tenido en 2007 beneficios multimillonarios.
En definitiva, como si la culpa de la crisis la tuviera, como siempre, el aumento de los costes laborales.