Con los mayores tampoco se juega
El artículo de esta semana para Financial Red trata sobre la negativa del gobierno a revalorizar las pensiones porque, al parecer, la realidad la hacía imposible. Lo que la realidad sí permite es que se hayan dedicado a salvar a la banca 216 mil millones de euros o, lo que es lo mismo, 54 veces el monto que hubiera supuesto revalorizar las pensiones de nuestros mayores.
Con los mayores tampoco se juega
Este viernes pasado, como tantos otros viernes de este año que está a punto de concluir, el almuerzo venía con sorpresa: el gobierno no iba a revalorizar las pensiones de los jubilados por la pérdida de poder adquisitivo acumulada durante el año 2012. Eso significaba, básicamente, que todos ellos iban a perder para siempre casi un 2% de su poder adquisitivo (la diferencia entre la subida del 1% decretada para 2012 y la tasa de inflación a noviembre de este año, que era del 2,9%). Eso sí, para el próximo año, las pensiones inferiores a mil euros subirían un 2% y un 1% las superiores a ese importe. Dicho lo cual, el gobierno y el partido que lo respalda desplegaba toda su batería retórica para infundir espíritu de responsabilidad entre los jubilados y hacerles entender que la decisión no era culpa del gobierno y venía impuesta por la realidad, en palabras del propio presidente del gobierno.
Tanta desfachatez cansa. Creo que habría que recordarle a Mariano Rajoy qué nos dice la realidad porque igual hay una parte de esa realidad a la que él no le presta excesiva atención, a pesar de ser la que más la merece.
La realidad nos dice que la medida de revalorización hubiera supuesto 4 mil millones de euros que, al parecer, no tenemos; pero la realidad también dice que, desde que comenzó la crisis, se han aprobado ayudas directas para salvar a los bancos por valor de 216 mil millones de euros, es decir, el 21% del PIB o, lo que es lo mismo, que lo que se ha dedicado a salvar a la banca equivale a 54 veces lo que supondría la revalorización de las pensiones. Al parecer, la realidad sí que daba para una cosa, pero no para la otra.
Pero, además, la realidad también nos decía este lunes pasado que somos, junto a Rumanía y Bulgaria, el país de la Unión Europea con un mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza, el 21,8%; es decir, incluso después de producirse todas las transferencias sociales por parte del Estado para tratar de paliar esa situación, casi 12,5 millones de personas se encontraba en riesgo de exclusión social en 2011. Esto es completamente lógico si tenemos en cuenta que España es el país de la UE-27 en donde más están creciendo las desigualdades sociales: si antes de la crisis el 20% de la población más rica ingresaba 5,3 veces lo que ingresaba el 20% de la población más pobre, en 2011 esa proporción había subido hasta 6,8 veces, cuando la media europea es del 5,1 o la de Alemania es de 4,5.
Como pueden imaginarse, estos datos son una expresión inequívoca de lo que está suponiendo la crisis para España y, especialmente, para sus grupos sociales más desprotegidos: una transición acelerada y sin paracaídas hacia la pobreza y el subdesarrollo.
Pero si seguimos indagando un poquito más sobre la realidad, Eurostat también nos dice que casi el 21% de las personas mayores de 65 años se encontraban, después de haber recibido su pensión, por debajo del umbral de pobreza. Esto también es comprensible si tenemos en cuenta que, según datos del Ministerio de Trabajo y de la Seguridad Social, el 43,6% de los jubilados cobra una pensión inferior a 641 euros o que la pensión más frecuente, la que cobran más de 885 mil jubilados, se sitúa entre los 550 y los 600 euros y miles de ellos tienen a varios familiares sin ingresos a su cargo.
Así que tampoco es de extrañar que el 73% de los españoles tema no tener suficiente dinero para poder jubilarse e integren el grueso de ese 11% de europeos que piensan que no va a poder jubilarse nunca. Y los que se jubilen siempre podrán seguir el modelo alemán, la nueva tierra de las oportunidades, en donde casi 800 mil jubilados, 120 mil de ellos mayores de 75 años, trabaja en un “minijob” por 400 euros mensuales para complementar su pensión y realizando tareas tan gratificantes como repartir periódicos o reponer productos en las estanterías de los supermercados.
Y si esa es la situación de muchos jubilados que dependen de su pensión pública, para aquéllos que tuvieron la posibilidad de ahorrar durante su vida activa y han caído en la trampa de los planes de jubilaciones privados el panorama tampoco es muy halagüeño: en el último año, sólo un 16% de los 1.199 planes de pensiones privados existentes en el país obtenían una rentabilidad por encima del 1,9% que era la tasa de inflación interanual en junio (así que el porcentaje se habrá reducido significativamente si tenemos en cuenta la tasa de inflación del 2,9% de noviembre); el resto, la gran mayoría, perdía poder adquisitivo cuando no directamente sufría minusvalías. Pero, claro, para difundir esto último los bancos e instituciones financieras no dedican tantos recursos como a sufragar trabajos académicos para “demostrar” que el sistema público de pensiones no es sostenible, algo completamente falso como he defendido en otros escritos.
Así que, cansado de tanta visión sesgada de la realidad como la que muestra el presidente del Gobierno, sólo me queda decir que, si hace unos días escribía ante el brutal incremento de la tasa de pobreza infantil que con los niños no se juega, ahora es el momento de reivindicar que, sobre todo por respeto a nosotros mismos, tampoco se puede jugar con los mayores.
Estimado Alberto:
Párate a pensar por un momento que llegas al cajero y no te da dinero. Pero no porque está roto, sino porque el banco en el que la UMA te deposita tu sueldo y en el que guardas tus ahorros ha quebrado, y con él tu dinero y ahorros se han esfumado.
Soy alumno tuyo y comparto muchas de tus conclusiones, pero no puedo estar de acuerdo con tu afán de crítica al actual gobierno. Creo que hacen lo que toca, pagar la factura de los que se han marchado.
Estoy seguro de que ambos remamos en la dirección de la necesaria dieta y adelgazamiento de la inflada administración. En eso reconozco que no se están haciendo bien las cosas, en el resto, creo que hemos subvencionado en vez de premiado el esfuerzo, creo que hemos consentido el cambio de votos por prestaciones, (lease PER), creo que…
No he querido usar el foro de la UMA para responderte, soy bueno en el cuerpo a cuerpo, pero no me muevo bien en broncas de corrillo e Instituto con público.
Soy un cobarde reconocido y ante la pasión con la que defiendes tus argumentos me siento pequeño y sin energía.
Sólo quería comentarlo contigo,
Hola Ignacio
Pues no sé si has cogido el mejor medio porque ese comentario que acabas de hacer es público, para tus compañeros y para el resto de la humanidad :)
Sólo un par de consideraciones:
a) mis ahorros y los tuyos, aunque quiebre el banco, no están en riesgo. La quiebra la asumen los accionistas, no los depositantes.
b) no critico sólo a este gobierno y al anterior (no te lo dejes atrás, por favor), critico un sistema económico, que es algo más amplio como bien sabes.
Pero mejor es que todo ello lo hablemos en clase en lugar de por escrito, ¿no crees?
Saludos y gracias por el comentario.
Muy bien profesor,déles caña y no pare.Desde luego que los depósitos están cubiertos por el Estado(por el Fondo de Garantía de Depósitos,creo),hasta un límite de 100.000 euros por persona y banco,si no recuerdo mal.No hay nada que autorice a dar un trato de favor a los bancos respecto al resto de las empresas,excepto su poder,ilegal y antidemocrático,dentro de la sociedad.Son los amos,vamos y no quieren ni oir hablar de economía de libre mercado ni de asumir pérdidas y responsabilidades, cuando de ellos se trata,esto sólo vale para el tendero de la esquina.
Ignacio, es usted joven, con el tiempo se le pasará no se preocupe. Respecto a lo que comenta, quizás deba leer primero la teoría moderna del dinero para entender mejor los fundamentos del juego actual. Por último, no sé que opina usted de las masivas inyecciones de dinero público para salvar los malos negocios de una élite, cosa que en contraste con la depauperización de la sociedad, en concreto de los sectores más débiles, es en mi opinión, despotismo puro y duro.
Ignacio, sabes?? hay que exponer nuestros pensamientos para que puedan rebatírnoslo y así reflexionar y después libremente llegar a las conclusiones que consideremos. Te recomiendo que lo sigas haciendo. Es necesario prestar atención a profesores de esta talla. Yo he aprendido mucho con él, pero para que nos puedan explicar también es necesario preguntar. No dejes de hacerlo, los demás también aprendemos. Magnífico artículo y espeluznantes datos
M.I. tiene ud.mucha razón.Cuando yo tenía dieciocho años,o veinte,decía muchas cosas que desde luego ahora no suscribiría.Con el tiempo se va aprendiendo,y más en la Universidad,una de las pocas cosas buenas que todavía nos quedan.Los jóvenes de ahora lo tienen todo mucho más difícil.En mi tiempo era más fácil:Sólo había los fascistas y los republicanos,o blanco o negro.Y aún así,la mayoría, cuando ingresábamos en la Universidad,éramos franquistas.Después íbamos evolucionando,en la lucha de todos juntos por la justicia en las pequeñas cosas de cada día y por la construcción de un pensamiento libre y propio.¡Animo,Ignacio,y adelante!
Gracias, Alberto, por este razonado y excelente resumen de situación del estado de desvergüenza en el que nos ha sumido el PP. Me permito enlazarlo desde una entrada de mi blog también a propósito de las pensiones.
http://carnetdeparo.blogspot.com.es/2012/12/quien-se-acuerda-de-las-pensiones.html
saludos cordiales
Muchas gracias a ti, Cive, por enlazarlo en tu blog, que sigo con frecuencia.
Un abrazo
Alberto