Feliz año a todos
El final del cuatrimestre de docencia con las prisas que ello conlleva, un viaje de varios días a Valencia para valorar con los amigos el trabajo de la Fundación y también unos días de descanso para recuperar sueño y sosiego y no acabar el año con la sensación de atropellamiento con la que lo he vivido me han tenido apartado de este cuaderno. No era mi intención mantener tanto silencio pero tampoco siento remordimientos por ello.
Eso sí, a todos aquellos que durante el primer año de vida de este cuaderno habéis entrado y salido del mismo, habéis dejado vuestras aportaciones u os habéis cabreado con sus contenidos; en definitiva, a todos aquellos de los que de alguna forma, extraña forma, me he convertido en su amigo o en su enemigo quiero enviarles mis mejores deseos para el año que comienza que, como decía un tocayo ecuatoriano, llega con pronóstico reservado.
Como otras veces, recurro a la voz de otros. En este caso es la voz de un gran poeta y revolucionario salvadoreño, Roque Dalton, y éste, probablemente, sea uno de mis poemas favoritos.
Gracias por vuestra paciencia y feliz año.
Como Tú
Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos